miércoles, 20 de mayo de 2009
PODEMOS RESISTIR A LA TENTACION
lunes, 11 de mayo de 2009
AMISTAD, NOVIAZGO Y ALEGRIA
miércoles, 6 de mayo de 2009
10 PUNTOS QUE DISGUSTAN A LOS JOVENES DE LAS MUJERES
miércoles, 29 de abril de 2009
COMO MANTENER UN CORAZON INTEGRO Y LIMPIO
sábado, 25 de abril de 2009
LA SEXUALIDAD EN EL NOVIAZGO
¿Hasta dónde?
La sexualidad en el noviazgo
En nuestros días se subraya el significado de la sexualidad como "lenguaje", como medio de expresión amorosa en la mutua donación física. Está claro que el afecto, el amor, necesita expresarse, ser dicho. Y no sólo con palabras, sino también con gestos, acciones simbólicas, miradas, etc. pero también es evidente que hay diversos tipos y grados de amor, y que las expresiones usadas requieren ser adecuadas a cada tipo y grado. No es lo mismo el amor de una madre por el hijo, que el de dos hermanos, o el de dos amigos, o el de unos novios, o el de los esposos. Todos esos afectos piden ser expresados, pero de modo diverso. Entendemos enseguida que sería aberrante expresar sexualmente el amor filial o el cariño profundo de dos hermanos. Igualmente hay que comprender que el afecto existente entre dos amigos, o ya novios, no tiene las mismas características que el amor esponsal, y que por lo tanto no se pueden usar las mismas expresiones de amor en ambos casos. La donación sexual plena es un lenguaje maravilloso que dice donación total, incondicional. Una donación mutua que, además está intrínsecamente ordenada a la posibilidad de engendrar nuevas vidas, fruto del amor. Todo eso "dice" la relación sexual. Algunos quieren negar o disminuir la importancia de ese significado procreativo del acto sexual, pero me parece que no se puede negar algo que se presenta con evidencia, apenas se reflexiona un poco sobre la estructura misma, la dirección intrínseca de ese acto. Por eso mismo, querer experimentar esa relación sexual fuera de ámbito de donación total, expresamente ratificada, que supone el matrimonio, es mentir gravemente, es "decir" con el lenguaje de la donación sexual algo que no se quiere ni se piensa. Por eso la relación sexual antes o fuera del matrimonio suele ser expresión de egoísmo más que de amor; y por lo tanto un corrosivo contra el verdadero amor. Es un engaño justificarlo todo con el "ella lo quería". También existe el "egoísmo en pareja". No basta tampoco decir "es que nos queremos". El amor que une a dos amigos o a dos novios no es el de dos esposos, no ha cuajado aún definitivamente en la entrega total y definitiva, abierta a la donación de la vida a futuros hijos que sólo el matrimonio realiza. Antes de él se está todavía en un estado transitorio, de prueba, de internidad. A este estado deben corresponder manifestaciones de afecto adecuadas para expresar la mutua donación, pero una donación que no es aún totalizante, definitiva. Puede parecer que los propias gestos nacen sólo del amor, pero frecuentemente se mezcla éste con la pasión, y, si no se tiene cuidado, con un naciente egoísmo que puede terminar por destruir el amor que poco a poco se había ido forjando, acabando para siempre con las legítimas ilusiones que habían ido floreciendo en el corazón de ambos desde el día en que comenzaron a enamorarse.Algunos, pensando en las manifestaciones de afecto adecuadas al período de noviazgo, suelen preguntar: "¿Hasta dónde se puede?". Ese modo de hablar denota ya un malentendido. La cuestión no está en saber hasta dónde se puede actuar sin caer en pecado. El amor no es así. Lo importante es tratar de basar todas las relaciones mutuas en esa donación profunda, sobre todo espiritual, del propio yo al ser amado. Se requiere luego un poco de atención y de sinceridad para autoanalizarse y ver si los propios gestos afectivos son expresiones de verdadero amor o más bien búsqueda pasional del placer, aunque esté mezclada con sentimientos de afecto. Si en sus relaciones sienten que se enciende y crece la excitación sexual, pueden sospechar que la intención no es del todo limpia.
jueves, 23 de abril de 2009
NOVIAZGO Y CASTIDAD
Digamos de entrada que la castidad en el noviazgo tiene en general las mismas características que la de los demás célibes. Tan sólo cambia la motivación para ciertas conversaciones más personales y algunas demostraciones de afecto, que no sean ocasión de pecado. Ante la perspectiva concreta, real, y relativamente próxima, de matrimonio –aunque no exista la certeza de que se llegará a contraerlo– cabe hablar de una nueva situación en la que el compromiso tiene garantías objetivas y externas de estabilidad, como son la edad, la situación profesional, la maduración del conocimiento recíproco, etc. En esas circunstancias, pueden ser moralmente rectas ciertas manifestaciones de amor mutuo, delicadas y limpias, que no encierren ni siquiera implícitamente una intención torcida, y que en todo caso se han de cortar enérgicamente si llegaran a representar una tentación contra la pureza, en los dos o en uno solo (11). Expresiones de cariño que no son «en parte iguales y en parte diversas» a las propias de los cónyuges, sino esencialmente diversas, como es diverso su compromiso de pacto matrimonial, y que, por tanto, han de estar presididas por el peculiar respeto recíproco que se deben dos personas que aún no se pertenecen: «Los novios están llamados a vivir la castidad en la continencia. En esa prueba han de ver un descubrimiento del mutuo respeto, un aprendizaje de la fidelidad y de la esperanza de recibirse el uno y el otro de Dios. Reservarán para el tiempo de matrimonio las manifestaciones de ternura específicas del amor conyugal»
miércoles, 22 de abril de 2009
NOVIAZGO EN LA EPOCA ACTUAL
El noviazgo en la época actual
El noviazgo en su forma actual se caracteriza por una mayor libertad e independencia de criterio, frente a lo que era práctica habitual en otras épocas, a la hora de elegir pareja. A la vez la relación hombre-mujer en el matrimonio se va alejando de los patrones tradicionales. Pero siempre será el tiempo de conocerse recíprocamente en cuanto a carácter, sentimientos, gustos, aficiones, ideales de vida, religiosidad, exigencias para un compromiso conyugal, etc. Puede ser también una excelente escuela de formación de la voluntad, que combate el egoísmo, fomenta la generosidad y el respeto, estimula la reflexión y el sentido de responsabilidad (8). Es, en definitiva, el tiempo de preparación al matrimonio, tiempo que no debería ser ni demasiado corto (pues no se alcanzaría verdadero conocimiento), ni demasiado largo, que podría constituir una pérdida de tiempo, con perjuicio sobre todo para la mujer, y ocasión de tentaciones. El Magisterio lo presenta como «una preparación a la vida en pareja, que presentando el matrimonio como una relación interpersonal del hombre y de la mujer a desarrollarse continuamente, estimule a profundizar en los problemas de la sexualidad conyugal y de la paternidad responsable, con los conocimientos médico- biológicos que están en conexión con ella, y los encamine a la familiaridad con rectos métodos de educación de los hijos, favoreciendo la adquisición de elementos de base para una ordenada conducción de la familia (trabajo estable, suficiente disponibilidad financiera, sabia administración, nociones de economía doméstica,